Comúnmente creemos tener todo el tiempo del mundo para hacer
las cosas. Consideramos que podemos dejar que las cosas pasen y ya se tendrá el
suficiente tiempo y la disposición pera iniciar o concretar una tarea. Reflexionado
sobre el tema asociándolo a situaciones dramáticas, pienso que evaluando lo vivido y haciéndose necesario hacer un corte por que la
muerte afecta el entorno (propia o de un ser cercano) aparecen algunas dudas.
Por qué no dije lo que pensaba?
Por qué no hice lo que pensaba que era lo correcto?
Por qué no compartí el tiempo suficiente?
Al final nos encerramos en excusas, razones y
justificaciones que nos permiten solapar la actitud a sabiendas que en fondo no
estamos actuando con la convicción que da el hacer lo que se siente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario