Recientemente han ocurrido accidentes de tránsito donde
muchos de los responsables han sido jóvenes que estaban manejando borrachos. Es
muy difícil ver esta situación de modo objetivo, por un lado están los muertos
y la familia de las víctimas que
perdieron los seres queridos y por el otro está el mismo responsable y la
familia que debe asumir las consecuencias de los actos del hijo.
Aunque es común ver a personas conducir de forma temeraria
sin que estén estado de embriaguez, es muy complejo decir que el joven del que
tanto hablan en las redes sociales es un peligro para la sociedad. Sin duda es
un imprudente y es necesario poner un precedente para que estas cosas no
ocurran de nuevo, es muy difícil definir de qué forma puede ser la reparación.
El valor de la vida, contra el valor del derecho a vivir.
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